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Buenaventura Castellanos

Buenaventura Castellanos

Nació en el año 1872, sus padres Don Vicente Pineda y Doña Teresa Castellanos. Sus primeros estudios los hizo en la escuelita de la población, recordando entre uno de sus mas grandes mentores a Don Manuel Zea y entre sus condiscípulos a Don Juan C. Meléndez, a Don Valeriano García y a Don Pedro Meléndez. No estando de acuerdo con el ambiente que imperaba en San Juan en los primeros años de juventud, tuvo necesidad de trasladar su domicilio a la cabecera departamental de Escuintla, donde se preocupo en forma entusiasta a procurarse conocimientos superiores. Para el efecto y habiendo en ese entonces un colegio privado en aquella ciudad departamental, dirigido por un eminente educador de nacionalidad cubana Don Joaquín Aguirre, llego a cursar hasta el 3er. Año de post-primaria. Circunstancias de tipo económico lo apartaron de su deseo: obtener el título de profesor y agotados los medios de subsistencia pidió se le nombrara para un cargo de maestro, el cual le fue concedido por el Ministro de Educación Pública del Régimen del General Reyna Barrios, Señor Manuel Cabral, designándolo para el Municipio de Santa Ana Mixtán, jurisdicción misma de aquel departamento. Corría el año de 1,892. La nostalgia de la tierra lo hizo volver a su pueblo de nacimiento y retorna a San Juan allá por el año 1,893, en el preciso momento en que salía del pueblo el primer grupo estudiantil de aquella recordada época, becados por el gobierno de Reyna Barrios e integrada esta pléyade de muchachos por Filadelfo Ortiz, Aurelio Meléndez, destinados al Instituto Normal Central; Tonita y Concha Morales, destinada al Instituto Normal Central de Señoritas (Belén), Emilio García, Raquel Soto e Ismael García.

La obtención de estas becas fueron logradas por influencias personales de grandes sanjuaneros entre los cuales están: los señores: Socorro Ortiz, Francisco Búcaro, Miguel y José María García, Federico y Esteban Morales.

Conociendo la capacidad de trabajo e inteligencia, la Municipalidad presidida por el Señor Alcalde Francisco Búcaro, lo designo Secretario de la Corporación, puesto que sirvió durante nueve años consecutivos y que tuvo necesidad de renunciar debido a una enfermedad que lo distrajo momentáneamente de lo que había hecho ya carrera profesional.

Por sus imprescindibles e importantes servicios al servicio de la comuna, su pueblo por primera vez lo escogió en el distinguido cargo de Síndico. Posteriormente fue electo popularmente Alcalde Primero Municipal y estos dos puestos mencionados le continuo sirviendo en forma alternada y recordamos nosotros que las fuerzas progresistas de San Juan lo escogieron para que en el año 1,951 ocupara nuevamente el cargo de Síndico Municipal.

Ostenta el grado de Coronel del Ejército, logrado por riguroso ascenso y cuya última distinción en su rango, le fue otorgada por el Presidente de la República C. Lázaro Chacón, el 8 de marzo de 1,930. Siendo Mayor, (en aquel tiempo comandante), fue designado por el Presidente Cabrera para ocupar el alto cargo de Jefe Político y Comandante de Armas del Departamento de Sacatepéquez y en este servicio lo encontró la Revolución triunfante de 1,920 por medio de la cual se obtuvo el derrocamiento de aquel Presidente. Fue muy estimado y querido en la Antigua y en estos difíciles momentos supo comportarse en forma digna y caballerosa, hecho que le valió el reconocimiento público de la ciudadanía antigüeña. En paz y ya cuando los sucesos entraban en su cauce normal, el nuevo gobierno imperante, encabezado por el Presidente Carlos Herrera, lo removió del puesto, designándose en su lugar a Don Manuel Matheu.

Entramos ahora a remover papeles, a reunir datos para esbozar sucintamente alguna de sus obras que tiene en su haber este hombre publico de San Juan.

Contribuyo en forma entusiasta a la terminación del Portal del Comercio, acompañado en esta labor del Señor Eugenio Búcaro.

Mereció especial atención en el plan de trabajo al arreglo del cementerio uno de los más hermosos de los Municipios de la Republica, para ello contrato los servicios profesionales de los señores albañiles José Rivera y Julio del mismo apellido para reconstruirlo ya que se encontraba seriamente averiado a consecuencia de los terremotos. Reconstruyo las galerías que están cerca de la capilla y trabajo en la alineación y rectitud de las calles del Necrocomio.

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Hecho muy importante y que no conocíamos es la construcción de la carretera que parte de Aldea Comunidad de Ruiz hasta la Aldea Suacite que dirigió. En esta magna obra colaboro muy eficazmente Don Benjamín Morales, acompañándolo también en esta realización los Señores Juan Meléndez y Estaban Portillo, siendo muy notoria y plausible la actitud de Don Crisanto Martínez, que cedió espontáneamente el paso de la carretera por su terreno Santa Ana, situada en la Aldea Montufar, proporcionando en forma gratuita también herramienta y elementos trabajadores en número bastante crecido.

Pero lo que salta como hecho tangible y muy importante es el arreglo de límites logrado con el Municipio de San Pedro Sacatepéquez con el cual somos colindantes. La lucha databa desde hacía 200 años y gracias a su intervención y a la ayuda que le presto el Síndico Municipal don Adolfo Búcaro pudo en forma satisfactoria zanjar las múltiples como azarosas dificultades que se presentaron. Él ocupaba por ese entonces el cargo de Alcalde a principios de la Administración de Jorge Ubico.

Siendo sindico en el mes de mayo de 1914, según aparece en las actas de sesiones celebradas por el Consejo, se encuentra una moción suscrita por el por medio de la cual proponía la introducción de la luz eléctrica en la población que se hacía tan urgente. Se acordó apoyarlo y para el efecto la comuna se entrevistó con el Presidente de la Republica de aquel entonces que aprobó el proyecto y se gestionó directamente a Alemania el envió de maquinaria. El propósito se vio interrumpido por el estallido de la Guerra Mundial No. 1 con lo cual fue imposible el embarque de la maquinaria. No obstante contribuyo con los hombres que más tarde ya en tiempos del General Chacón, lograron ese ideal.

En lo social, su obra es meritoria con este importante hecho, ya para finalizar el siglo existía en San Juan un Club Social, el que agrupaba una buena cantidad de elementos entusiastas, como los señores: Socorro Ortiz, Francisco Búcaro, Manuel J. Tellez y otros. En una sesión se acordó que cada uno de los miembros del Club sometieran a la consideración un proyecto para festejar dignamente el advenimiento del siglo. Triunfo con el beneplácito de todos la idea de don Buenaventura, quien propuso la fundación de la Biblioteca y Sala de Lectura que en aquella época se carecía. Fue inaugurada con gran solemnidad el 1º. De enero de 1901, siendo el primer presidente de la misma el Señor Rafael Solís. El fundador de la Biblioteca ha sido presidente de la Junta directiva durante muchísimos años en forma alternada. Su gestión al frente de ella ha sido muy beneficiosa y es de consignar que en repetidas ocasiones y en virtud de los escasos fondos con que cuenta este centro lectivo, el de su propio peculio ha obsequiado libreras y demás enseres, contribuyendo en esta forma al engrandecimiento de su propia obra.

Fuera de estas grandes realizaciones también coopero en forma decidida y entusiasta a la construcción de escuelas en las aldeas y últimamente siendo Síndico Municipal de la población ayudo a los iniciadores del Parque Juyu a que fuera posible la obra, así como trabajo a la par del Alcalde Alfredo Ortiz, en la construcción de tres aulas escolares en las escuelas urbanas de la localidad.

El campo Barios era de su pertenencia, el lo cedió en permuta ventajosa a la Municipalidad y así es como nuestros muchachos tienen un hermoso campo deportivo para desarrollar el musculo.

Sus servicios entre los que corresponden a cargos militares y empleos civiles, ascienden a más de 38 años.

Fuente: Revista San Juan Sacatepéquez, Vol. 1, Junio de 1951.